El hombre es el único animal que choca dos veces contra la misma piedra. Y en algunos pueblos suelen tomar gusto a ciertas piedras.
A veces resulta bastante aburrido repetir ciertas ideas, pero hay gente que requiere esas repeticiones para digerir la información. En el caso de los venezolanos frente al tema de la antipolítica como factor de destrucción de las democracias, la tarea parece ser bastante difícil. Y esta dificultad se debe, no solo a lo arraigado que esta el discurso antipolítico en el ciudadano común, sino que además son muchos los ilustres deslustrados pensadores, que diariamente promueven la antipolítica de una u otra forma a través de los medios de comunicación.
Lamentablemente en Venezuela, la política más popular es la antipolítica. Es decir, que la estrategia más popular para resolver los problemas de la nación, es paradójicamente destruir a cuanto estratega surja.
“Ni lavar, ni prestar la batea”... Eso aplica a la antipolítica venezolana…
En Venezuela, si el pueblo no se moviliza para enfrentar una arbitrariedad del estado, los medios y la opinión pública dirán que los políticos y partidos no tienen capacidad para movilizar a la población. Y si se moviliza, entonces se dirá que la sociedad civil movilizo al pueblo, y que los partidos politizaron la movilización. Como quiera que se vea, los partidos serán repudiados, hagan lo que hagan.
Un ejemplo interesante de este fenómeno, ocurrió recientemente cuando dos manifestaciones sorprendieron al gobierno, al llegar a las puertas de la asamblea nacional. En la primera, las organizaciones UNT, PJ, y Br asumiendo todo el riesgo del caso, se apostaron sorpresivamente a un lado de la asamblea, y prepararon el espacio para que el movimiento estudiantil llegara dos horas mas tarde. Pero, la prensa reseñó como los astutos estudiantes llegaron hasta la asamblea… Al día siguiente esas mismas organizaciones repitieron la estrategia para permitir nuevamente la llegada del movimiento estudiantil, y para ello incluso tuvieron que lidiar contra la PM y brigadas radicales oficialistas en una batalla campal a los alrededores de metro center. Sin embargo, aunque los jóvenes de estos partidos llevaron palos, golpes, heridas, y tragaron gas del bueno, la prensa reseñó como los estudiantes fueron reprimidos por la ballena, y un grupo de periodistas fue atacado por violentos… No hubo mención a las decenas de heridos de las organizaciones políticas. No se dijo una palabra.
Prostituta ideológica
La antipolítica es como una prostituta ideológica. Sirve a todos cuando es requerida por un precio. Y ese precio no es otro que ayudarle a fortalecerse como idea. Una idea negativa y destructiva, naturalmente, pero seductora al fin… Hasta los políticos venezolanos, cuando quieren hacerse más populares, recurren a la antipolítica. Para no meterme en camisa de once varas, no mencionare ejemplos. Pero honestamente es como para ponerse a llorar, ver en estos días a algunos destacados políticos con un discurso antipolítico.
Mientras estas cosas ocurren, la sociedad civil sigue igual de idiotizada, acusando a los partidos de su propia apatía frente a los problemas del país. No participan, no asumen el reto, y critican a los ciudadanos que participan o asumen el reto de ocupar los espacios de participación política.
El hombre es el único animal que choca dos veces contra la misma piedra. Y los venezolanos aparentemente le tomamos el gusto a chocar contra esa piedra que se llama la antipolítica.
A veces resulta bastante aburrido repetir ciertas ideas, pero hay gente que requiere esas repeticiones para digerir la información. En el caso de los venezolanos frente al tema de la antipolítica como factor de destrucción de las democracias, la tarea parece ser bastante difícil. Y esta dificultad se debe, no solo a lo arraigado que esta el discurso antipolítico en el ciudadano común, sino que además son muchos los ilustres deslustrados pensadores, que diariamente promueven la antipolítica de una u otra forma a través de los medios de comunicación.
Lamentablemente en Venezuela, la política más popular es la antipolítica. Es decir, que la estrategia más popular para resolver los problemas de la nación, es paradójicamente destruir a cuanto estratega surja.
“Ni lavar, ni prestar la batea”... Eso aplica a la antipolítica venezolana…
En Venezuela, si el pueblo no se moviliza para enfrentar una arbitrariedad del estado, los medios y la opinión pública dirán que los políticos y partidos no tienen capacidad para movilizar a la población. Y si se moviliza, entonces se dirá que la sociedad civil movilizo al pueblo, y que los partidos politizaron la movilización. Como quiera que se vea, los partidos serán repudiados, hagan lo que hagan.
Un ejemplo interesante de este fenómeno, ocurrió recientemente cuando dos manifestaciones sorprendieron al gobierno, al llegar a las puertas de la asamblea nacional. En la primera, las organizaciones UNT, PJ, y Br asumiendo todo el riesgo del caso, se apostaron sorpresivamente a un lado de la asamblea, y prepararon el espacio para que el movimiento estudiantil llegara dos horas mas tarde. Pero, la prensa reseñó como los astutos estudiantes llegaron hasta la asamblea… Al día siguiente esas mismas organizaciones repitieron la estrategia para permitir nuevamente la llegada del movimiento estudiantil, y para ello incluso tuvieron que lidiar contra la PM y brigadas radicales oficialistas en una batalla campal a los alrededores de metro center. Sin embargo, aunque los jóvenes de estos partidos llevaron palos, golpes, heridas, y tragaron gas del bueno, la prensa reseñó como los estudiantes fueron reprimidos por la ballena, y un grupo de periodistas fue atacado por violentos… No hubo mención a las decenas de heridos de las organizaciones políticas. No se dijo una palabra.
Prostituta ideológica
La antipolítica es como una prostituta ideológica. Sirve a todos cuando es requerida por un precio. Y ese precio no es otro que ayudarle a fortalecerse como idea. Una idea negativa y destructiva, naturalmente, pero seductora al fin… Hasta los políticos venezolanos, cuando quieren hacerse más populares, recurren a la antipolítica. Para no meterme en camisa de once varas, no mencionare ejemplos. Pero honestamente es como para ponerse a llorar, ver en estos días a algunos destacados políticos con un discurso antipolítico.
Mientras estas cosas ocurren, la sociedad civil sigue igual de idiotizada, acusando a los partidos de su propia apatía frente a los problemas del país. No participan, no asumen el reto, y critican a los ciudadanos que participan o asumen el reto de ocupar los espacios de participación política.
El hombre es el único animal que choca dos veces contra la misma piedra. Y los venezolanos aparentemente le tomamos el gusto a chocar contra esa piedra que se llama la antipolítica.
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