Saverio es un oficial de marina mercante egresado de la Escuela Nautica de Venezuela, que ha asumido el noble compromiso de intervenir en la política, para trabajar por lo que llama “el cambio que todos soñamos y la revolución de los comunes”. Es un hombre joven formado políticamente en la izquierda reformista de finales de los 80. Sus estudios le han llevado del marxismo a la crítica trotskista, y de la Perestroika y glasnot a la Democracia social.
Es un demócrata social que no reniega de su origen marxista o su enriquecedor transito por el liberalismo. Dada la naturaleza de su viaje ideológico, comprende perfectamente las virtudes y defectos de ambas corrientes ideológicas. Esto le facilita poder trabajar en sintonía con personas de pensamiento radicalmente opuesto. Y por esa capacidad de facilitar el encuentro, suele ser acusado alternativamente de “oficialista” u “opositor”, según la visión radical de alguno de los bandos venezolanos en conflicto.
En esta sección se exponen la mayoría de sus ideas.
La antipolítica es la peor enemiga de la participación ciudadana
“La política no es ni mala, ni buena, malos o buenos son los que la hacen…”
Venezuela es un país con arraigada tradición democrática, pero en las últimas décadas, el fenómeno de antipolítica como desmotivador de la participación ciudadana, ha causado estragos a su democracia. Según el “decálogo” de la antipolítica venezolana, la gente buena no debe participar en actividades políticas, porque “todo lo que tiene que ver con política es malo”, “todos los políticos son gente mentirosa o malvada”, y “convertirse en un político es una de las cosas más censurables que le puede ocurrir a una persona”.
Para colmo, la antipolítica venezolana define a cualquier forma de participación ciudadana como “una vaina política”. Así que cuando usted participa en actividades para ayudar a su propia comunidad a realizar cambios que beneficien a todos, según el discurso antipolítico esta incurriendo en “politiquería”. En otras palabras, ¡Son ganas suyas de meterse en peos sin necesidad!… Expuesto de esta manera, el discurso de la antipolítica suena evidente absurdo, puesto que todos sabemos que la participación ciudadana es el aliento que le da vida a la democracia. Pero aunque nos parezca absurdo, lamentablemente, nuestra baja participación ciudadana en los espacios políticos, es una cruda realidad.
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