Todos pueden y deben criticar el estado de los partidos políticos venezolanos. ¡Hay que criticarlos!… Solo con la crítica sincera, podrá surgir el deseo de mejorar que lleva al cambio. Pero la crítica no puede perseguir la destrucción de los partidos, porque critica destructiva seria entonces.
Es tiempo de cambiar, y no tenemos tiempo para la aburrida rutina de preguntarnos ¿Dónde esta el líder del cambio?… ¡Ya basta de seguir esperando por un líder!, porque el cambio no es una persona, el cambio somos todos.
Los partidos políticos en Venezuela son franquicias en manos de elites cerradas que consideran a la democracia interna un peligro para su permanencia. Sin embargo, la solución no es destruir a los partidos, sino recuperarlos para ponerlos en manos de la gente. En otras palabras, la primera tarea no es fortalecerlos (a los partidos), sino ponerlos en manos de la gente, contaminándolos con el virus de la democracia interna… y luego ¡si!… Fortalecerlos…
El cambio que todos soñamos comienza, porque usted comprenda que «si no hay lideres, entonces debe usted mismo ser un líder».
Una sociedad donde la mayoría teme asumir el rol de liderar su propio destino, esta condenada al desastre.
No se trata de un líder. Se trata de todos… y no importa que usted se sienta una persona comun, pues los comunes unidos hemos cambiado el mundo.
Es tiempo de tenderle la mano a la gente que creyó en la promesa de Chávez, y que hoy vive el amargo abandono. Ellos son importantes para el cambio, y entendiendo su importante rol, nos hemos embarcado en una gran cruzada para que ellos sepan que somos un autentico nuevo liderazgo proponiendo una verdadera opción de cambio.
El país necesita: Un nuevo liderazgo que no cargue sobre sus hombros los errores del pasado; Una juventud con ideas frescas, que motoricen el cambio; Y de un movimiento que sepa unir a todos los venezolanos.
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