Solo entendiendo en que fallamos, podemos aprender de los errores para mejorar. Y quienes pertenecen a una organización, cualquiera que sea, deben hacer esfuerzos sinceros para que la misma mejore.
Lo anterior sirve de introducción a la siguiente reflexión: Es sumamente triste como la sociedad civil y la dirigencia política nacional se ha desentendido del caso del joven Julio Rivas, activista del movimiento JAVU y OCPOR.
Si bien la posición política de este joven es más extrema que la del promedio, lo cierto es que es parte del sector opositor más activo contra el régimen de Chávez. Esto no es algo fugaz que pasar por alto, puesto que son estas activas personas, las que hacen que el movimiento opositor trascienda más allá de ser un simple grupo de marchistas.
Un joven como todos
Julio Rivas es uno de esos jóvenes idealistas que pese a su corta edad, pinta grafitis críticos, se planta frente a la injusta represión policial, y va más allá de la lloradera intrascendente de ciertos sectores políticos y civiles. Rivas y compañía son fieles representantes de ese pueblo que se desespera ante el atropello gubernamental. Y aunque es uno más de nosotros, es al mismo tiempo es todo ese pueblo que se ahoga en la frustración por ser excluido.
Simon Bolívar era más frontal que Julio Rivas. Y el prócer José Félix Ribas definitivamente era más radical que cualquiera de los mencionados. Y lo traigo a la memoria de todos, porque en estos tiempos, cada cosa que se le imputa a este joven idealista, no es más que una muchachada comparada con lo que merecería nuestro propio presidente frente a esos mismos cargos.
¿Ha cometido delitos?
El joven Rivas no ha dado ningún golpe de estado, ni ocasionado más de 200 muertos. Tampoco ha hecho llamados por TV para arrasar con sus detractores. Es mas, dudo mucho que este joven sepa como quemar un autobús, cosa que conoce bien el actual ministro de interior y justicia. O como asaltar un banco, cosa que presume cierto funcionario bajado de un metrobús. La forma de rebeldía de este joven es demasiado inocente comparada con la manera en que muchos funcionarios públicos actuaron en pasado reciente, cuando pelearon por sus creencias.
¿Es el joven Julio Rivas menos patriota que cualquiera de los anteriores rebeldes de Venezuela? ¡No lo es! ¡Pero para mala suerte del joven Rivas, el no es ahijado de ningún presidente que le perdone!
¿Es justo encarcelar a un joven venezolano en la flor de su vida, por lanzar piedras a la policía, mientras Valentín Santana esta libre pese a dirigir un grupo paramilitar que mas de una vez a atacado con fusiles de asalto a la policía? ¿Es justo encarcelar a un joven convencido que lucha contra una dictadura militar, y dejar libre a un exalcalde que saqueó los dineros de la nación, convencido que debía aprovechar su chance de enriquecerse?
El joven venezolano, Julio Cesar Rivas es un revolucionario defensor de sus sueños de libertad. No ha tenido miedo de dejarse ver defendiendo lo que cree. Otros de lado y lado, deberían aprender mucho de el.
Lo anterior sirve de introducción a la siguiente reflexión: Es sumamente triste como la sociedad civil y la dirigencia política nacional se ha desentendido del caso del joven Julio Rivas, activista del movimiento JAVU y OCPOR.
Si bien la posición política de este joven es más extrema que la del promedio, lo cierto es que es parte del sector opositor más activo contra el régimen de Chávez. Esto no es algo fugaz que pasar por alto, puesto que son estas activas personas, las que hacen que el movimiento opositor trascienda más allá de ser un simple grupo de marchistas.
Un joven como todos
Julio Rivas es uno de esos jóvenes idealistas que pese a su corta edad, pinta grafitis críticos, se planta frente a la injusta represión policial, y va más allá de la lloradera intrascendente de ciertos sectores políticos y civiles. Rivas y compañía son fieles representantes de ese pueblo que se desespera ante el atropello gubernamental. Y aunque es uno más de nosotros, es al mismo tiempo es todo ese pueblo que se ahoga en la frustración por ser excluido.
Simon Bolívar era más frontal que Julio Rivas. Y el prócer José Félix Ribas definitivamente era más radical que cualquiera de los mencionados. Y lo traigo a la memoria de todos, porque en estos tiempos, cada cosa que se le imputa a este joven idealista, no es más que una muchachada comparada con lo que merecería nuestro propio presidente frente a esos mismos cargos.
¿Ha cometido delitos?
El joven Rivas no ha dado ningún golpe de estado, ni ocasionado más de 200 muertos. Tampoco ha hecho llamados por TV para arrasar con sus detractores. Es mas, dudo mucho que este joven sepa como quemar un autobús, cosa que conoce bien el actual ministro de interior y justicia. O como asaltar un banco, cosa que presume cierto funcionario bajado de un metrobús. La forma de rebeldía de este joven es demasiado inocente comparada con la manera en que muchos funcionarios públicos actuaron en pasado reciente, cuando pelearon por sus creencias.
¿Es el joven Julio Rivas menos patriota que cualquiera de los anteriores rebeldes de Venezuela? ¡No lo es! ¡Pero para mala suerte del joven Rivas, el no es ahijado de ningún presidente que le perdone!
¿Es justo encarcelar a un joven venezolano en la flor de su vida, por lanzar piedras a la policía, mientras Valentín Santana esta libre pese a dirigir un grupo paramilitar que mas de una vez a atacado con fusiles de asalto a la policía? ¿Es justo encarcelar a un joven convencido que lucha contra una dictadura militar, y dejar libre a un exalcalde que saqueó los dineros de la nación, convencido que debía aprovechar su chance de enriquecerse?
El joven venezolano, Julio Cesar Rivas es un revolucionario defensor de sus sueños de libertad. No ha tenido miedo de dejarse ver defendiendo lo que cree. Otros de lado y lado, deberían aprender mucho de el.
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