VOTO y CALLE son necesarios
Creer que ‘solo votando’ vamos a lograra que el régimen gobernante nos
reconozca nuestra mayoría, es una utopía. Necesitamos combinar un voto
mayoritario, con una eficiente presión de calle para defender los votos. Pero
lamentablemente, aun carecemos del poder de calle necesario para realizar una
eficiente presión de calle.
Otra razón para combinar estas dos opciones, es el carácter híbrido del régimen
venezolano: Un lobo dictatorial que se disfraza de oveja democrática, y cuya
cara democrática debemos tratar con dosis de votos, mientras que a la cara dictatorial
le aplicamos grandes dosis de calle.
Recapitulemos:
El voto mayoritario debe
ser conquistado con una propuesta que (si bien ya existe) no ha sido bien
difundida (ni entre los opositores) por diversas causas (entre ellas la censura
mediática).
El
poder de calle se consigue con el
apoyo o poder social que nos da todo el pueblo de Venezuela: Es decir, la clase
media (un 20% del país), y los sectores populares (un 80% del país).
Conclusiones:
1.- Si
hay casos de dictaduras que salieron con votos, entonces es incorrecto usar la
frase: "Dictaduras no sale con votos"
2.- A
los venezolanos nos ha tocado la difícil tarea de tratar la enfermedad política
que es el régimen venezolano, con una combinación de VOTO y CALLE, y para esa
tarea no existen manuales.
Explicando
lo anterior, seguramente surgirá alguien que dirá, “¡ya esa combinación la
hemos tenido!”… Sí, pero no en la dosis necesaria. Veamos por qué lo afirmo:
ESCENARIOS PASADOS
Nos guste
o no, estos dos elementos (voto y calle) no los hemos tenido juntos aun en la
dosis necesaria. El 14 de Abril 2013, por ejemplo ganamos las elecciones
presidenciales, gracias al voto mayoritario de los venezolanos, pero carecíamos
del poder de calle necesario para frenar a un régimen dispuesto a masacrar al pueblo
desarmado.
Nuestros
corazones, pitos y banderas, se enfrentaron con balas. Marchas y
concentraciones pacificas fueron frenadas o disueltas por serviles policías,
guardias, soldados, milicianos y colectivos armados que nos dispararon protegidos
por las instituciones del estado. En aquel casi equilibrio numérico de fuerzas
opositoras y oficialistas, la ventaja de las armas del régimen era evidente. Claramente
el derramamiento de sangre inocente entre los opositores seria grande. Y pese
al sacrificio de muchas vidas, el régimen no cedería el poder, porque la
pequeña diferencia votos con que ganamos, la podía ocultar (como lo hizo)
negándose a realizar la auditoria de los libros electorales.
Si numéricamente
nuestro poder de movilización en las calles de los sectores populares hubiese
sido mejor, el resultado podría haber sido otro. Pero lamentablemente la oposición
tiene problemas de movilización en los sectores populares.
Nada de
esto se ha explicado debidamente al país, porque los partidos políticos opositores
tendrían que haber realizado una confesión pública de su debilidad para
movilizar, pero ¡La verdad sea dicha!
PROBLEMAS DE MOVILIZACIÓN
La
oposición tiene graves problemas de movilización en los sectores populares. Hay
partidos que ni siquiera tienen presencia real en los barrios. Y los que
tienen, deben enfrentar el hecho que no es lo mismo invitar para un almuerzo en
el barrio, que para una protesta o escaramuza contra las bandas armadas del
régimen. Son grados de compromisos bien diferentes y muy pocos ciudadanos están
dispuestos arriesgar sus vidas.
En
febrero 2014, volvimos a ver claramente esa debilidad opositora para movilizar
en los sectores populares. Los partidos convocantes de las protestas no fueron
capaces de mover ni a sus propios militantes para organizar marchas, protestas,
y otras manifestaciones en los sectores populares. El miedo a los colectivos
armados “enfermo” nuevamente a un poco de gente, y en la frustración de no
tener a un liderazgo local que les diera el ejemplo, los pocos que ciudadanos
de los sectores populares que se movilizaron con el llamado a protestas,
terminaron haciéndolo en las comunidades de la clase media, sin cumplir con tarea
de hacerlo en sus propias comunidades.
La revolución
del cambio no llegara nunca a un barrio, si los revolucionarios del cambio de ese barrio se
van a trabajar y protestar lejos de mismo. Nadie tiene más facilidades para protestar y
motivar el cambio en un barrio, que un vecino de ese mismo barrio… pero por
desgracia, la oposición se pone de espaldas a esa verdad, y en
vez de motivar a la gente del barrio para que asuma el liderazgo opositor en
su comunidad, prefiere llevarse a esos lideres a las zonas de confort de mayoría opositora.
No en vano,
un viejo sabio militar chino decía: “En terreno propio o dominado, procura no librar
batalla, porque arruinas tus dominios. Lucha en terreno controlado por el rival”.
¿Y LAS PELEAS INTERNA?
¡Problema resuelto!!! Tenemos mucho trabajo para repartir. Si nos ocupamos, no tendremos
tiempo para discutir por tonterías… Unos
pueden concentrarse en sumar apoyo en los sectores populares para fortalecer
nuestro voto mayoritario; y otros pueden tomar la calle para realizar trabajo o
protesta social de calle, que fortalezcan nuestro poder de calle… Sigo sin
entender por que peleamos entre nosotros, y no trabajamos unidos... ¿Uds entienden?
Gladmar@gmail.com
@SaverioVivas
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