En Venezuela, siempre se ha dicho que “el poder es para el pueblo”. En
las utopías de mi mente, yo suelo pensar que es así… Pero nada más alejado de la
realidad que esa frase.
Chávez… (¡Sí! hablare un poco de él)… Intentó dar poder al pueblo,
partiendo de una idea personal nacida del resentimiento de una sociedad contra
la oligarquía del momento y sus beneficiarios. Su idea se alimentó primero del resentimiento de
pocos, luego de muchos, luego de miles, y después ¡millones de venezolanos! que
soñaron con la idea de cambiar a Venezuela para bien, transformándola en una
nación gobernada por el pueblo y para el pueblo... Pero como era lógico suponer
(para una mente lúcida): ¡Chávez fracasó!, y solo sustituyó a una oligarquía,
por otra.
¿Por otra?... “¡No volverán!” (Veo gritar a una señora oficialista en la
plaza de Catia)…
No volverán
¿Realmente se fueron, los que esta señora dice
que “no volverán”?...
La fría realidad, es que nadie volverá, porque nunca se fue. Los hilos
poderosos detrás de la vieja oligarquía, son los mismos hilos poderosos tras la
nueva oligarquía (la boliburguesa para que me entiendan bien). Los hilos
poderosos que controlan el poder tras el régimen del “hijo” de Chávez, son los
mismos que estaban tras Carlos Andrés, Caldera, Lusinchi, etc… Y si bien, hay
nuevos titiriteros (nacidos del saqueo a la nación de los últimos 15 años), las
cosas no han cambiado mucho en lo más alto de la teatro político, ni entre el
público asistente de este triste espectáculo que se presenta al pueblo... “El
pueblo sigue igual” (dicen unos)... Pero no nos engañemos: ¡Estamos peor que
antes de Chávez!
Revolución de Camisetas
Chávez y su revolución solo lograron para el pueblo, un cambio de
camisetas. ¡Yo tengo la mía! ¿Y tú?... Si no la tienes, en la próxima elección
te darán hasta para usarlas de coleto en tu baño. ¡Ya los contratos para
traerlas de China, se están cocinando! (Me lo dijo un Jauarito).
Y hablaría ahora de la economía y los problemas del país. Pero mejor
sigamos mirando arriba, entre los poderosos. Dejemos a Maduro con su fabula de
revolución, y a sus contrarios con su fabula de estar luchando contra el
castrocomunismo…
Los titiriteros
Los poderosos titiriteros existen. Son una realidad. Tienen nombres que
no conozco (ni me interesa conocer), pero sé cómo piensan y cuál es su objetivo
final… ¿Cómo piensan?: No tienen ideología política; No son ni de izquierda, ni
derecha; No tiene fe (aunque los veamos vestidos de Papas, imanes, santones, o
santeros)… Y su objetivo final es simplemente mantenerse en lo más alto de las
líneas del poder.
Época dorada de la
revolución
Esta es una época muy prospera para los titiriteros. Sin leyes que
limiten a los títeres del régimen, los titiriteros pueden meter sus manos en
jugosas comisiones por el saqueo del país, vía Cadivi, Sicad, Pdvsas, fondo
chino, contratos para etc, etc. A los
titiriteros, poco les importa si el títere se viste de rojo u otro color. Pero es
indiscutible que la libertad para robar que hoy reina, es del agrado de los
titiriteros. Así que esta es la época dorada que nos prometió Chávez.
¡OJO!... No lo estoy insultando al difunto Chávez. Pues usando la óptica
deformada del finado: los ladrones que gobiernan son el “pueblo”. Así que,
aunque el pueblo esta pasándola muy, pero muy mal, según la "óptica Chávez": es
el pueblo el que está en una “época dorada”. ¡Horrible juego de palabras
cargadas de realidad!
El balance de la
revolución de Chávez
El pueblo sufre. Chávez no sabe el mal que le causó a Venezuela. En la
burbuja de adulación que vivía, no pudo ver cuán mal está el pueblo. No pudo
entender, porque gente como yo lo adversábamos en los barrios. Chávez aró en el mar. Crió cuervos y Maduro dijo que el paquetazo era orden del comandante galáctico. Su
revolución no solo destruyó la vida de las generaciones presentes, sino también
de varias generaciones futuras.
Resentimiento forzador
de cambios
El resentimiento que engendró a Chávez hace 15 años atrás, se ha
multiplicado a niveles históricos. Ya no son solo los sectores populares los
que están resentidos, ahora es también la sobreviviente clase media… Que
obligada por la necesidad, ha tenido que volver la mirada atrás, para ver a
los sectores populares que dejaron atrás sus abuelos del barrio. La clase media
ha comenzado ha entender la madures y escepticismo de la gente de los barrios,
ante los políticos que prometen la gloria pasada. ¿Cuál gloria?... Mucha gente
en la clase media, ha descubierto que allá, en Tacagua vieja, a los pobres se
los lleva la quebrada de excrementos de
la indolente ciudad. La clase media sufre ahora, una muestra del hambre,
escasez, delincuencia, e injusticia, que los sectores populares han sufrido
continuamente ¡los últimos 55 años!... Y ese entendimiento está abriendo la
puerta del cambio… Y bla, bla, bla, consignas bonitas, etc, etc.
Sin apuros
El cambio de gobernantes viene, porque la sociedad está unida en su
resentimiento. ¡Somos un pueblo de resentidos!, que Dios mediante este año, va
a sustituir a una clase política por otra. Y si no, ¡Paciencia, clase media!
Porque si hemos esperado 55 años en los barrios, todos podemos esperar un poco
más, mientras nos entendemos mejor como sociedad, para poder acordar hacer un
cambio ¡juntos!, que garantice a los sectores populares mejoras, y no solo otro
simple cambio de camisetas.
Los cambios ocurrirán en el escenario teatral. Habrá cambio de títeres a petición del pueblo.
Pero los titiriteros seguirán allí. Como los dioses del Olímpo. Jugando con
nuestras vidas. Quitando y poniendo semidioses: Chávez, Maduro, Capriles,
Leopoldo.
La leyenda continúa
“El poder es para el pueblo”, dice la leyenda. Y ojala, que los dioses
titiriteros nos den héroes que saquen de la extrema pobreza a los nietos de la
señora inocente que siempre me grita “no volverán”, aunque ella no tenga idea de lo que dice, ni sepa que existen los dioses titiriteros del poder.
@SaverioVivas
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