No más controles de cambio
En Venezuela, las medidas de control cambiario creadas por el Gobierno, se han convertido en una represa que impide la salida de divisas del país. Pero al mismo tiempo han creado un lago de dinero inorgánico que son las aguas de la hiperinflación que están ahogando a los pobres del país.
Por otra parte, en este lago de hiperinflación creado por la represa de divisas del Gobierno, los pobres estamos encerrado con los peces gordos del capitalismo boliburgués, ¡quienes se están dando un gran banquete, devorando los devaluados recursos de nuestros sueldos!...
Para conseguir los productos de consumo que no produce el país, los pobres nos vemos obligados a comprarle a esos capitalistas boliburgueses que venden a sobreprecio, lo que podríamos comprar a bajo precio en el exterior, sin el control de divisas.
Para conseguir los productos de consumo que no produce el país, los pobres nos vemos obligados a comprarle a esos capitalistas boliburgueses que venden a sobreprecio, lo que podríamos comprar a bajo precio en el exterior, sin el control de divisas.
Así, el Gobierno con su represa cambiaria, ha convertido a Venezuela en una gigantesca pecera, donde solo los grandes peces capitalistas pueden saltar la represa del control de cambio para obtener productos fuera del país... ¡Y el pueblo que se jorobe pagando a intermediarios gastos de importación, personal, y 30% de ganancia!
Este sistema capitalista salvaje creado por el Gobierno de "socios listos" parece infalible. Pero las aguas del lago de hiperinflación, ya han subido a un nivel insostenible para la represa cambiaria, y la presión amenaza con romperla. Y si las aguas se desbordan abruptamente, la catástrofe arrasara la sumergida economía del país.
Por esa razón, es necesario que el gobierno nacional, entienda que tienen que comenzar a desmontar paulatinamente la represa cambiaria, para que el flujo de capitales recupere su cauce normal... Pero para que eso ocurra, es necesario que todos los que nos estamos ahogando en Venezuela (opositores, oficialistas, y ninis), se lo hagamos entender al Gobierno.
La desesperación también sirve para unir a los pueblos. Y quien aún no entienda esta grave situación como motivo del urgente diálogo nacional, necesita una dosis de realidad para poder avanzar, porque no podemos seguir divididos mientras nuestro pueblo se ahoga.
Dosis de realidad para oficialistas
La dura realidad es que, el sistema económico implantado por el Gobierno estos 15 años, fracasó rotundamente. La política de expropiación y estatización de empresas, destruyó la producción nacional y causó la huida de los inversionistas extranjeros. Sin producción nacional ni inversión, el país ya no es capaz de producir lo suficientes para autoabastecer. Por eso la escasez se ha apoderado de Venezuela. Y ante la escasez, el régimen ha tenido que recurrir a la chequera petrolera, causando una autentica fuga de capitales que eclipsa la que se pretende detener con la represa cambiara... De este modo, por increíble que parezca, hoy día con el precio del petróleo más alto de nuestra historia, somos una economía quebrada, y la escasez está llevando a la desesperación al pueblo... Hasta los oficialistas se preguntan, ¿era este el gran Plan de la Patria de Chávez?
Para colmo, la política de mantener a otros países empeora la situación. El Gobierno tiene que entender que, ¡ni que ponga el dólar a por las nubes! podemos seguir manteniendo a Cuba y los demás países "socios listos". ¡No tenemos más dinero que regalar! Las tetas de la vaca llamada Venezuela, ya no dan más leche para Cuba. Ya nos han exprimido suficiente... Cuba y los otros países dependientes de nuestro país, se han convertido en gigantescos parásitos que están matando a Venezuela...El panorama no puede ser más desolador...
No es tiempo de histeria
Así como los oficialistas tienen que reflexionar, los opositores también tienen que hacerlo. Entiendo que muchos están desesperados (como todos en el país), pero hagan el favor de dejar la histeria, ¡no es tiempo de histeria! No hay soluciones a corto plazo... Todos estamos encerrados en esta gigantesca pecera llamada Venezuela, así que estamos obligados a coexistir con el rival, pese a nuestras diferencias. Esa es una dura realidad que tienen que entender los opositores que están llamando a la guerra... No es tiempo de guerras, para dar gusto al aguaje de supuestos radicales (¡que de radicales no tienen nada!)... Esto no es Libia, Egipto, Siria, ni Ucrania. ¡Estamos en Venezuela!... Y aquí, les guste o no, ¡es tiempo de diálogo!...
Bienvenidos a la lucha de calle
El país no está para más divisiones políticas. Así que si unos quieren tomar la calle, ¡Bienvenidos sean!... Tomen la calle, no para pegar gritos inútiles en una plaza, sino para ayudar a los líderes comunitarios en los barrios, a que expliquen al pueblo estas cosas... Tomen la calle, para seguir el ejemplo de esos auténticos líderes opositores de los barrios, que hace rato tomaron la calle ¡Y no la han dejado!... Tomen la calle para hablar con el hermano oficialista que aún no entiende, y para dar la mano al rival y convencerlo de que merecemos un país mejor... ¿Por qué aún no han tomado la calle?... ¡Los que quieran calle, vengan conmigo a los barrios!
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