Somos ilusos por naturaleza...
Hace 20 años tome mi bandera de la URSS, y llore porque los alemanes corrían hacia el oeste en vez de hacerlo hacia el este. El muro de Berlín estaba siendo destruido por un pueblo alemán que reclamaba la unificación, y fiel a mi creencia en que la Perestroika del camarada Mijail Gorbachov demostraría que las mayorías preferían al socialismo, yo esperaba sinceramente que la gente eligiera vivir en la “maravilla socialista de Alemania oriental”.
En la televisión se mostraba un pueblo alemán jubiloso. Se veía a gente abrazada. Personas reunidas después de toda una vida. Los alemanes orientales corrían desesperados hacia el lado occidental. Lo hacían porque temían que los soviéticos levantaran nuevamente el muro, a fuerza de sus tanques de guerra. Hablaban de escasez, de hambre, de injusticia. Debelaban un supuesto engaño del partido comunista. Aseguraban que los males del sistema comunista no era una propaganda mal intencionada, sino una cruda realidad que ellos conocian…
Miraba aquellas imagenes y pensaba... Algo malo tenía mi socialismo, que hacia infeliz a la gente. ¿Será que me estaba engañando?
Se podría decir que el muro de Berlín cayó sobre mí...
Cuando eres tan precoz en la política como yo lo era, y cuando crees firmemente en tus ideas, los desencantos te pueden hacer llorar. De allí, hasta hoy, madure mis concepciones. Al principio, siempre con dudas, explore el extraño mundo del liberalismo (desde aquellos días no uso el termino capitalismo, pues bien se que fue creado para ofender a los seguidores de ese sistema).
Hubo una época en que me sentí un radical liberal. Me sorprendía que China se hubiese convertido en un bastión capitalista, para evitar que su población se muriera de hambre. La via parecía ser esa: Producir riqueza la poder repartir... Pero los extremos se encuentran.
Ahora mi memoria me falla, pero un liberal famoso dijo una vez que “Socialista es el que estudia el comunismo, y liberal el que lo entiende”… En mi caso seguí de largo luego de alcanzar ese entendimiento, esa evolución... Entendí el comunismo y seguí evolucionando mis ideas, hasta llegar a un punto de encuentro entre lo mejor del socialismo y lo mejor del liberalismo. Ese punto de encuentro es la Democracia social, el verdadero socialismo del siglo XXI, pero tambien el liberalismo del siglo XXI.
Cuando eres tan precoz en la política como yo lo era, y cuando crees firmemente en tus ideas, los desencantos te pueden hacer llorar. De allí, hasta hoy, madure mis concepciones. Al principio, siempre con dudas, explore el extraño mundo del liberalismo (desde aquellos días no uso el termino capitalismo, pues bien se que fue creado para ofender a los seguidores de ese sistema).
Hubo una época en que me sentí un radical liberal. Me sorprendía que China se hubiese convertido en un bastión capitalista, para evitar que su población se muriera de hambre. La via parecía ser esa: Producir riqueza la poder repartir... Pero los extremos se encuentran.
Ahora mi memoria me falla, pero un liberal famoso dijo una vez que “Socialista es el que estudia el comunismo, y liberal el que lo entiende”… En mi caso seguí de largo luego de alcanzar ese entendimiento, esa evolución... Entendí el comunismo y seguí evolucionando mis ideas, hasta llegar a un punto de encuentro entre lo mejor del socialismo y lo mejor del liberalismo. Ese punto de encuentro es la Democracia social, el verdadero socialismo del siglo XXI, pero tambien el liberalismo del siglo XXI.
Recordando mis lagrimas de hace años, sonrío ante la ironía de ver, que muchos de los que se burlaron con aire de inteligencia, de mi desencanto adolescente por aquella forma de izquierda, ahora usan camisas rojas y persiguen como aduladores a una elite que les habla de nuevo socialismo basado en aquellas viejas ideas que profesé. Puede que sencillamente no comprendan las incoherencias que dicen, pero como madure, sospecho que ellos involucionaron convenientemente.
Somos ilusos por naturaleza, pero maduramos. Con el muro de Berlín, cayeron mis viejas ideas de izquierda. Y con aquel aprendizaje veo claramente que en Venezuela, el muro construido por los radicales de lado y lado se esta derrumbando, pero debemos cuidar que no nos caiga encima.
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