La especie humana tiene un comportamiento contrastante, que la hace sumamente difícil de catalogar. Tiene una faceta oscura y destructiva que nos convierte en el virus más mortal del Planeta Tierra, pero al mismo tiempo, tiene otra faceta en la que expresa actos y sentimiento que nos convierte en un milagro de la creación... Así, en una permanente lucha entre el bien y el mal, un día podemos hacer horrendas guerras contra nuestros hermanos, y al otro tener la capacidad para superar el odio que las inspiró. Un ejemplo de ello ocurrió en la navidad de 1914, durante la I Guerra Mundial. Veamos:
La milagrosa tregua de 1914
El 24 de diciembre de 1914, en los campos de batallas del frente occidental, los soldados alemanes salieron de sus trincheras para dar regalos de Navidad a sus enemigos, los soldados ingleses y franceses. El acontecimiento que comenzó como un hecho aislado, se propagó por todo el frente, y esa noche de Navidad, los enemigos pasaron la noche juntos, ¡celebrando la Navidad, cantando villancicos, y compartiendo comida!... A la mañana del 25 de diciembre, la guerra estaba estropeada... Ya nadie quería pelear.
Los soldados de ambos lados, se negaban a volver a disparar. La insubordinación general, obligó a los altos mandos de ambos ejércitos a ordenar a sus oficiales, a disparar contra la tropa que se negaba a matar. Incluso, hubo que trasladar batallones enteros, para romper los lazos de amistad creados en aquella noche buena. Y solo así, luego de tres días... los gobernantes pudieron reiniciar su estúpida guerra.
La tregua de Navidad de 1914, se trató de ocultar al mundo. A los gobernantes de ninguno de los lados les convenía que la opinión pública de sus países se enterara del hecho. Pero el maravilloso evento, quedó registrado para la historia, en los informes secretos de los altos mandos, y en los testimonios, relatos, y cartas de los soldados participantes.
Por muchas décadas, se creyó que esa fue la última manifestación de civilidad de la humanidad, sin embargo, yo creo que el sentimiento que inspiró aquella tregua de 1914, está más vivo que nunca: La Navidad.
La reunión Capriles –Maduro
En Venezuela, la Navidad de 2013 nos trajo una tregua entre opositores y oficialistas. Y hoy estamos celebrando la Navidad juntos como hermanos, dejando a un lado 15 años de estupidez infinita, en los que nuestra división por política, ha sumergido al país en un terrible estancamiento y atraso económico.
Aunque muchos hogares venezolanos, no tendrán hallacas, pan de jamón, o regalos... Aunque no tendremos: harina, leche, aceite, papel higiénico, etc. Esta Navidad YA tenemos la esperanza de que la civilidad regrese a Venezuela, y los ciudadanos tengamos la fortaleza para que nuestra tregua de Navidad, no sea una simple tregua, y se convierta en el comienzo de una paz duradera que nos una para el progreso, pese a nuestras diferencias políticas.
Esta Navidad, invito a todos los políticos de Venezuela, a que hagamos nuestro mayor esfuerzo para que luego de esta tregua, pasemos al siguiente nivel: Una reunión entre los máximos líderes de la oposición y el oficialismo (Maduro y Capriles).
En cualquier país civilizado, una reunión entre los máximos líderes de la oposición y el oficialismo, no tiene ninguna espectacularidad, pero en Venezuela ciertamente sería un hecho extraordinario, que serviría de ejemplo para el resto de los venezolanos. Lo queramos reconocer o no, existen muchos líderes opositores y oficialistas, que tienen miedo de ir más allá de "los límites permitidos", a la hora de hablar de paz con el "enemigo"... Los líderes no quieren lucir débiles, blandos, o como coloquialmente decimos en Venezuela: "no quieren parecer jala-olas del enemigo"... Por eso una reunión Maduro-Capriles, o Capriles-Maduro, es el siguiente paso lógico que debemos dar para promover la paz... ¡Y en eso YA estamos! Pese a las dificultades, mutua desconfianza, y críticas de los contrarios a la paz... Vamos sin miedo por esa reunión ¡Como Nelson Mandela y el presidente del aparteith, lo hicieron en su momento, para lograr la paz de Sudáfrica!
Mientras escribo esto, Yo coordinador de Primero Justicia Catia, estoy reunido con mi familia, junto a varios de mis amigos líderes del PSUV, compartiendo comida y escuchando música, mientras nuestros hijos juegan y hablan sobre lo que les traerá el Niño Jesús... ¡Ojalá nos traiga paz duradera, camarada Saverio!, me dice un amigo. ¡Ojalá mi pana!, le contesto.
Que en 2014, el Padre Celestial me permita seguir luchando por un mundo mejor... ¡Feliz Navidad y prospero año nuevo para toda la gente de buena voluntad!
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