En una sociedad sostenible, el diálogo entre los actores políticos que la conforman, más que una necesidad, es una obligación irrenunciable ¡e impostergable!... Sin el diálogo, no puede haber acuerdos de gobernabilidad. Y sin acuerdos de gobernabilidad, no pueden implementarse planes-soluciones que cuenten con apoyo y aporte de todos los miembros de esa sociedad. En otras palabras: "Sin diálogo, el gobierno del pueblo y para el pueblo, no es posible".
Si tuviéramos alguna duda de la veracidad de las afirmaciones anteriores, solo tenemos que dar un vistazo al triste caso de la sociedad venezolana los últimos 14 años. ¡Veamos!:
Sin diálogo, sin acuerdos, sin progreso nacional
Desde 1999, Venezuela ha tenido un gobierno que ha contado con gran apoyo de "una parte del pueblo". Pero al mismo tiempo, ese gobierno no ha tenido capacidad de dialogar para acordar planes-soluciones con "las otras partes de ese mismo pueblo". Sin diálogo ni acuerdos entre las partes, el país no ha tenido planes-soluciones que cuenten con el necesario apoyo de todos sus ciudadanos. Y en consecuencia, Venezuela ha desperdiciado la mayor renta petrolera de la historia humana, sin dar muestras de desarrollo sostenible.
Una eterna y perjudicial pelea
"¿Por qué Venezuela no se desarrolla pese a su asombrosa renta petrolera?", se pregunta el mundo... Y la respuesta es sencilla: Por culpa de la eterna lucha entre la oposición y el oficialismo...
Los actores políticos responsables de liderar al país, en vez de trabajar conjuntamente por el bien del pueblo, pasan la mayor parte de su tiempo, ¡obstaculizándose mutuamente!... El conflicto político es la causa de nuestras desgracias, porque cualquier acción o iniciativa propuesta por alguna de las partes, es atacada por las otras. Y de esta forma, cualquier planes-soluciones propuesto por cualquiera de las partes (por muy bueno que pueda ser), termina siempre condenado al fracaso, por la falta de apoyo de todos los ciudadanos que en conjunto ¡son el pueblo!
La parábola de los 3 burros
Si un plan-solución no es impulsado por opositores, oficialistas y ninis, difícilmente dará los resultados que debería dar... Metafóricamente, Venezuela es una carreta "jalada" por 3 burros, llamados "oposición", "oficialismo" y "nini". Lamentablemente, los burros "oposición" y "oficialismo" "jalan" en direcciones opuestas, en una permanente competencia de fuerza. Y el burro "nini", permanece parado comiendo paja, como si no pasará nada. Venezuela no avanza, ni avanzará, hasta que no haya un verdadero diálogo nacional, que dé cómo resultado un acuerdo de convivencia.
¿Qué hacer entonces?...
¡Sencillo!... Tenemos que dialogar o dialogar... Y de ese diálogo ¡obligado!, debe surgir un acuerdo que amarre a nuestros burros, para que caminen en una misma dirección... Y esto no es fácil, porque los burros no se amarrarán solos...
Políticos negados al diálogo y conciliación
¿Alguna vez han oído a Diosdado Cabello decir que el PSUV puede hablar con la oposición, pero jamás pactar cosas? ¿Han escuchado a los opositores que dicen que "si la oposición dialoga con el oficialismo es colaboracionista"?... Ambos extremos son dañinos para el país...
La triste realidad, es que por más que insistamos, no veremos jamás a Diosdado Cabello sentado con uno de nuestros opositores radicales, conversando sobre "¿cómo resolver el problema de la inseguridad nacional?". No los veremos hablando juntos, porque ninguno de los dos entiende que: "sus gustos y disgustos personales, no pueden estar por encima de los intereses del pueblo". De manera que, como representantes políticos de las actuales necesidades de dialogo de nuestro pueblo, estos personajes no nos sirven, porque se convierten en un obstáculo más para que el país progrese... ¡Y lo más terrible!, es que una alarmante mayoría de los políticos de nuestro país, sufren de esa "incapacidad de dialogar y conciliar con el contrario".
Esperanza en marcha
Afortunadamente, ¡ya hay luz en medio de la oscuridad!... En Venezuela ha surgido un líder que se enfrenta sin miedo a todos los que se niegan al dialogo y conciliación nacional... Ese líder es Capriles Radonski... Él ha levantado nuestras banderas de reconciliación, y como un autentico unificador, ha reunido a su alrededor a oficialistas, opositores y ninis.
Capriles no ha finalizado la tarea. No podemos dejarlo solo, porque esta es también nuestra lucha. ¡Tenemos que ayudarle, asumiendo en liderazgos de nuestras propias comunidades!, para que seamos nosotros mismos los garantes del diálogo y reconciliación nacional... Y el 8D tenemos una oportunidad más para posicionar esos liderazgos, Votando por la Unidad que juntos construimos y que promueve este cambio.
Esa es la tarea... Ayudemos todos a lograr el dialogo nacional, que nos dé la conciliación necesaria para que ¡todos juntos jalemos al país hacia el progreso!... En los barrios de Catia ya comenzamos el cambio.
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