La resiliencia comunitaria es la capacidad que tiene una comunidad para sobre ponerse a la adversidad. Hoy más que nunca, los caraqueños necesitamos tener una resiliencia comunitaria alta, y dado que la autoestima y conformidad con el entorno son elementos importantes para mantenerla, es importante evitar que el municipio parezca un gran basurero.
Una ciudad contaminada y sucia, afecta de numerosas formas el sano desarrollo a todos sus ciudadanos, y no nos referimos exclusivamente al plano psíquico. La insalubridad que acompaña a estos problemas puede ser foco terribles enfermedades epidémicas capaces de cobrar vidas en la población.
El problema de la basura no lo solucionaremos solo aumentando el número de camiones y vertederos. Simplificar el problema de esa forma, es crear una bomba de tiempo que explotara en el momento en que los botaderos de basura colapsen. Pero lo que en apariencia es un gran problema ambiental y de salud, puede convertirse en un gran negocio que generaría valioso empleos. La basura de nuestra ciudad puede ser vendida.
Nuestra visión consagra atraer grandes empresas de reciclaje que generen empleo y soluciones el problema. Con empresas de este tipo, la recolección podría dejar de ser un problema porque nadie mejor para recoger la basura que quienes la quieren reciclar para ganar dinero.
• Incrementar el número de camiones recolectores de basura.
• Ampliar las rutas de recolección.
• Aumentar el número de plantas de transferencia.
• Evaluar constantemente con las comunidades la calidad del servicio de recolección de basura.
• Revocar la concesión de servicio de recolección a las empresas que no cumplan con los requisitos mínimos para suministrar un servicio de calidad.
• Instalar masivamente pequeños cestos públicos para facilitar a los ciudadanos siempre tenga uno cerca.
• Promulgar una ordenanza que permita implementar el Plan “multa o charla”. Mediante el cual se da a los ciudadanos que se detecten lanzando desechos sólidos en vías publicas, la posibilidad de pagar inmediatamente fuertes multas o recibir una charla ambiental de 45 minutos de duración como sanción por la infracción.
• Implementar una campaña agresiva campaña de concienciación en materia de manejo de desechos sólidos. “Recoge tu perolito”, “Apuntale a la cesta”.
• Revistar los niveles de contaminación de los vehículos de transporte público.
• Instalar empresas de reciclaje en el municipio.
• Promover una ciudad ecológica. Detener la destrucción de árboles calles y avenidas, realizar siembras masivas de plantas, incentivar la construcción de edificios ecológicos.
• Coordinar con la alcaldía metropolitana lineamientos estratégicos comunes en materia ambiental.
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