"Solo la voz de todos los ciudadanos, podrá romper la cortina mediática del gobierno, que nos tapa la luz del cambio"...
El lejano oeste
Como si se tratara de una vieja película de vaqueros, los barrios y comunidades del lejano oeste de Caracas, está sometido a la ley del más fuerte. En estas inhóspitas tierras, cualquiera se toma la ley en sus manos, porque sabe que la justicia es solo para los que tienen dinero o influencia. Aquí la PNB suele ser asediada en su propia sede por los malandros, con la excusa de ser algún supuesto "colectivo armado" que exigen la libertad de algún camarada asaltante, matón, pistolero o violador, que haya caído preso "injustamente".
Delincuentes con influencias
Por increíble que parezca, la PNB está atada de brazo, pues es permanentemente desautorizada y amenazada por algún poderoso funcionario del alto gobierno, quien ordena la inmediata liberación del delincuente de turno, por ser "un héroe revolucionario"... Por otro lado, los delincuentes generalmente se identifican como "comisarios, inspectores del Sebin, Cicpc, GNB, etc."... Y hasta una simple tarjeta de presentación de algún ministro, viceministro, diputado o concejal del PSUV, sirven para que los delincuentes tengan patente de corso para actuar pese a la acción policial oportuna.
Las presiones y limitaciones "superiores" contra los funcionarios de la policía, han llegado a un punto tal, que hasta el antiguo director de la PNB, Luis Fernández (un hombre más chavista que Chávez, pero respetuoso de la ley), fue destituido por defender a un grupo de policías, quienes iban a ser expulsados de la institución, por arrestar a un grupo de chiflados motorizados (y armados ilegalmente), que pretendían atacar a vecinos de un sector de Nueva Caracas, por razones políticas.
Horrores
Con la Policía Nacional limitada para actuar contra "los camaradas", por "órdenes superiores" del alto gobierno, los delincuentes aprovechan para hacer fiestas... Secuestran a familias enteras ha pleno día, en sus propias casas, y ejecutan horrores.
Pero estas cosas no las leemos en los periódicos ni salen en TV, porque la censura, la autocensura, y la cortina mediática oficialista para limitar la información sobre los barrios es férrea.
La delincuencia al rescate de la corrupción
Esa limitación de la información, es la que permite que aunque tengamos el alcalde más embustero que jamás haya visto Caracas, la gente ni se entera de las mentiras.
Hace 3 meses, llegó a mis manos una lista de obras NO ejecutadas, que el alcalde Jorge Rodríguez nos prometió (a los concejos comunales) este último año, y confieso que son tantas, que francamente no he podido visitar todos los sitios que señala el informe. Como tampoco lo pudo hacer una comisión oficialista del Concejo Municipal de Libertador, que ha principio de año no fue capaz de visitar todos los sitios donde supuestamente se ejecutaban obras del alcalde Jorge Rodríguez, porque (según reza en el informe): "no se encontraron los sitios de las obras" o "no se pudieron llegar a ellos, por problemas de seguridad".
La censura mediática nos deja sin voz
El control de la información, permite a funcionarios como el alcalde Jorge Rodríguez, tener el descaro de decirnos el domingo (en un acto en la parroquia San Juan) que "rescató el YMCA de San Martín que tenia años abandonado". ¡Y lo dijo como si él no tuviera 4 años en el gobierno!... Lo dijo sin que ningún buen ciudadano tuviera forma de reprocharle el discurso, ni la montaña de mentiras que sepultan su gestión.
Y para apoyar la censura, están los esbirros oficialistas. Esos tristes vecinos que prefieren que una contratista se robe los reales del pueblo, usando un contrato chimbo, en vez de permitir que denunciemos el robo... Y no diré más... ¡Es tanta la indignación e impotencia que siento!
Ante esto, mi mensaje es sencillo: "yo no daré descanso a mi alma, hasta que estas cosas cambien". Incluso he ofrecido mi vida a este esfuerzo por dar salvar a Caracas de la anarquía... Pero yo solo no puedo. ¡Los políticos censurados solos no podemos!... Necesitamos de Todos los ciudadanos. Necesitamos sus voces para que sean multiplicadores del mensaje de cambio. Necesitamos que usted (que lee estas líneas), se convierta en activista de esta lucha en su comunidad, y que transmita el contagioso virus del cambio, que el 8D contagie de libertad a Caracas.
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