Más allá que pueda sonar como simple retórica, mi hija de 6 años ha sido para mí una inspiradora en materia política. Ha sido ella quien me ha motivado siempre para asumir grandes retos políticos, que tradicionalmente se decía que no debíamos asumir los ciudadanos comunes. Y aquí me refiero, al reto de llenar el vacío que deja la pregunta ¿donde están los líderes?
Completando la idea en que menciono a mi muchachita, esta una vivencia en la que ella me obligo a ver la película animada “Ratatouille”. ¡Cosas de niños! me dije… pero viendo la película, en una escena el personaje protagonista, ante las palabras de su padre que le invitaba a aceptar el mundo cruel en que viven, le refuta que “No lo acepta, pues siempre se tiene la opción de cambiar, y ese cambio comienza cuando nosotros mismo lo decidamos”… ¡Bello regalo de un mundo de niños, para ser digerido por un mundo de adultos!
Si hermanos. Nuestro país se cae a pedazos, y parece que no damos pie con nada. Nuestra sociedad esta llena de ciudadanos embargados por una sensación de impotencia ante un mar de cosas sobre las que no tienen control. La impotencia los lleva a la resignación, y la resignación al abandono de la lucha y a la aceptación de un mundo cruel. Pero es tiempo de cambiar. Es tiempo de cambiar, porque así debemos decidirlo. Es tiempo de hacer uso de esa opción que históricamente han tenido los pueblos que pasan por situación catastróficas. Es tiempo que usted, y todos los venezolanos que no aceptemos vivir en un mundo cruel, decidamos que el momento del cambio es ahora. ¡Locura?... Un poco ciertamente. ¿Absoluta?... la respuesta no importa. Lo que verdaderamente importa es que desde ya cada uno de nosotros enloquezcamos con el virus del cambio. Uno que nos permitirá entender que los lideres que buscamos somos nosotros mismos. Que no se trata de uno sino de todos. Si nadie quiere ser líder para resolver nuestros propios problemas. Esos problemas no se resolverán solos. Y pasaremos otros 11 años esperando que alguien de la televisión nos traiga el cambio al barrio… Mi hija dice que es momento de cambiar. Yo le creo.
Completando la idea en que menciono a mi muchachita, esta una vivencia en la que ella me obligo a ver la película animada “Ratatouille”. ¡Cosas de niños! me dije… pero viendo la película, en una escena el personaje protagonista, ante las palabras de su padre que le invitaba a aceptar el mundo cruel en que viven, le refuta que “No lo acepta, pues siempre se tiene la opción de cambiar, y ese cambio comienza cuando nosotros mismo lo decidamos”… ¡Bello regalo de un mundo de niños, para ser digerido por un mundo de adultos!
Si hermanos. Nuestro país se cae a pedazos, y parece que no damos pie con nada. Nuestra sociedad esta llena de ciudadanos embargados por una sensación de impotencia ante un mar de cosas sobre las que no tienen control. La impotencia los lleva a la resignación, y la resignación al abandono de la lucha y a la aceptación de un mundo cruel. Pero es tiempo de cambiar. Es tiempo de cambiar, porque así debemos decidirlo. Es tiempo de hacer uso de esa opción que históricamente han tenido los pueblos que pasan por situación catastróficas. Es tiempo que usted, y todos los venezolanos que no aceptemos vivir en un mundo cruel, decidamos que el momento del cambio es ahora. ¡Locura?... Un poco ciertamente. ¿Absoluta?... la respuesta no importa. Lo que verdaderamente importa es que desde ya cada uno de nosotros enloquezcamos con el virus del cambio. Uno que nos permitirá entender que los lideres que buscamos somos nosotros mismos. Que no se trata de uno sino de todos. Si nadie quiere ser líder para resolver nuestros propios problemas. Esos problemas no se resolverán solos. Y pasaremos otros 11 años esperando que alguien de la televisión nos traiga el cambio al barrio… Mi hija dice que es momento de cambiar. Yo le creo.
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